sábado, 16 de mayo de 2009

Mi familia.

Mi familia está compuesta por mi madre, mi hermana, mi abuela, mi abuelo, mi gata y yo. Tenemos una casa grande y bonita en un barrio normal. Aunque ahora a nuestro alrededor estamos de obras, ante mi ventana siempre hubo un árbol enorme, verde y precioso, que espero que vuelva alguna vez. Si miro un poco más lejos, puedo ver un trocito del mar entre los edificios.

Mi madre, pese a que siempre lo ha dado todo por mí, en cuanto se enfada no duda en recordarme lo mucho que me parezco a mi padre y en dudar de mi amor por ella. Si tan sólo esbozara lo que eso significa para mí, seguramente no volvería a abrir la boca en toda su vida. Si tan sólo supiera.
Mi hermana, por quien desde mi nacimiento lo di todo, a quien admiraba, por quien no dudaba en quedarme sin helado (ya que si no le llevaban uno a ella no dejaba que me lo comprasen a mí), no ha dudado en aprovecharse en cuanto ha tenido ocasión, creando una fortaleza inexpugnable de la que sólo se asoma cuando necesita algo.
Mi abuela, deseando ser imprescindible, procura estar siempre tras todos nuestros pasos, movimientos, palabras. Si hago lo que me dice, soy un amor, una nieta modélica, preciosa y maravillosa. Si le digo que no (normalmente cuando me manda a hacer recados cuando estoy con un pie en el ascensor, mientras que durante toda la mañana me ha visto rondando por casa y no ha dicho ni mu), entonces farfulla, empieza a lanzar esos comentarios maliciosos, conscientemente mal disimulados, para que oiga lo mala persona que soy, fingiendo hablar para sí misma, pero procurando que la escuche.
A mi abuelo le gusta hacer bromas. Bromas sin gracia. Que, mientras lees, apoyando el codo con el libro en la mesa, te lo empuje para desequilibrarte, un día es gracioso. Que lo haga todos y cada uno de los días de mi vida, cuando leo, cuando como o cuando estoy viendo la tele, simplemente me hace pensar en cosas horribles que una niete no debería pensar. Que insista en golpearme la cara con un dedo, cuando sabe que tengo una rara manía de necesitar que las sensaciones de mi cuerpo sean simétricas (es decir: si me doy sin querer en un codo con una mesa, volveré sobre mis pasos y me daré en el otro) mientras repite una y otra vez: "a ver, di "ay", di "ay", quéjate, quéjate un poquito"... aunque suene horrible, me dan ganas de reventarle la cabeza. También es de los que, mientras ves la tele, disfruta interrumpiéndolo, cambiando de canal, diciéndote que vaya cosas más idiotas ves o que qué pasa si ahora a él le apetece ver una película. Parece que ni siquiera el cáncer le haya hecho replantearse nada.

Pero en fin, pobrecitos, son mayores, son así, no debo decir cosas malas de ellos.

Sí, hoy estoy muy enfadada, muy enfadada y muy triste, porque no soporto los días aquí. Es triste pensar eso a los 18 años. Es triste levantarte un sábado por la mañana, día que todo el mundo adora, y sentirte mal a los 15 minutos, desear correr hacia una pared y darte contra una esquina. Y salir, cerrar la puerta tras de ti, y sentirte libre durante apenas unos segundos, porque inmediatamente después ha llegado la hora de volver a casa, a casa, a ese lugar, otra vez, otra semana más de espera hasta poder sentir de nuevo esa dulce sensación.

Se me acaban las ganas, se me acaba la esperanza y se me acaban las lágrimas.

Maldita sea.

Los vecinos del sexto han venido a llenarme la cabeza de martillazos.


Atte:
(\/)
( ..)
c()()............................:::* Psu

5 chokis:

Isi G. dijo...

No me extraña que quieras salir de casa u.u"

Besotes y mucho ánimo, Psu^^

Jin dijo...

Muchos animos Psu, monosa! Tanto los padres como los abuelos son así, al menos los mios también lo son :3 Algo así vaya ¬¬. Te recomiendo seguir en tu propio mundo feliz, tumbarte en la cama, cerrar los ojos, y escuchar musica (en mi caso, las Morning Musume nunca fallan)

Un besote preciosa, que no te mereces ser infeliz! ^3^

Anice dijo...

en todas las casas se cuecen habas.. yo pensaba lo mismo que tu hasta que me fui de casa... mirame.. 17 años y a 1000 km de ellos, cuando te llegue a ti ya los hecharas de menos...
un beso guapa y animaté que todas las tormentas pasan ^^

~NiKi~ dijo...

Te entiendo a la perfección, creo que no puedo decir nada que tenga más sentido que eso...

Douce Frivolité dijo...

Ju... pobrecita. Yo me siento así de mal muchas veces. Mi madre me culpa de todos sus males porque decidió tenerme hace 19 años. A veces te sientes como si para tus padres, tú única función en la vida debe ser realizar sus sueños frustrados...

Cuando más he querido a mi madre fueron las tres semanas que estuve en Londres en el verano de primero de bachillerato. Mientras más lejos, parece que mejor.

Saludos y espero que estés más animada :)

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