martes, 23 de junio de 2009

Rigoberto el Inmortal.

Hoy vengo a hablaros de un personaje singular que, sin haber vivido un largo período de tiempo, ya tiene algunas experiencias que contar (por desgracia, no muy buenas).
Se trata de Rigoberto el Inmortal.

Rigoberto, al contrario de lo que podáis pensar, es una cría de murciélago al que le dio por caer de su alto nido debido a la supuesta incompetencia de su madre, Hermenegilda la Descuidada, yendo a parar a la parcela correspondiente a la mesa A4 de la heladería La Veneciana, donde trabaja una servidora.
Pareciendo como parecía una hoja de árbol (como os imaginaréis, una cría de murciélago es algo así como un pitichurro negro y enano*) no le presté más atención hasta que mi jefa me dijo que la barriese hacia afuera. Entonces, al ser tocado por la escoba, Rigoberto tuvo a bien desperezarse y darme el susto de mi vida.
En contra de mis deseos, forzada por la impepinable orden de mi jefa, barrí al pobre Rigoberto hacia afuera, hasta doblar la esquina, con una mezcla de pena y asquillo (lo confieso xD) mientras los apenas 4 cm que era el enano alado croqueteaban por el suelo.

Un buen rato más tarde, sin embargo, mi compañera de trabajo me dijo que, superando toda adversidad y demostrando una fuerza y una determinación sin límites (sobre todo si recordamos que estamos hablando de un murciélago del tamaño de una cagarruta de chihuahua) había vuelto, pasito a pasito, tiqui tiqui tiqui, de nuevo hasta A4, en busca que un hogar que ya nunca más encontraría. Mi compañera de trabajo (llamémosla por su nombre... Raquel la Misericorde) fingió mandarlo a tomar por salva sea la parte con la escoba, pero lo puso en una servilleta (tampoco es que dispusiera de medios más confortables) oculto en un espacio verde de difícil acceso visual. De esta manera, Rigoberto el Inmortal afianzaba su inmortalidad y se veía rescatado por Raquel la Misericorde.

A la salida del trabajo, Raquel la Misericorde y yo fuimos a ver cómo andaba el pequeño Rigoberto: sin moverse ni un ápice en el trocito de jardín donde Raquel lo había puesto. ¿Vivo? ¿Muerto? Nunca lo supimos: a ver quién es la valiente que toca al enano, vete tú a saber con lo que nos sale (aunque seguramente no podría ni abrir un ojo después de caer varias decenas de metros y de ser barrido dos veces).

De esta manera acaba el relato de la corta pero intensa vida de Rigoberto el Inmortal (que a pesar de su nombre parece que sí que la palmó, y si no poco le falta, al pobre), el cual quedará grabado para siempre en nuestros corazones como esa cagarrutilla con alas que es.

En fin... todo quisqui de moraga menos yo, es lo que tiene trabajar y salir a las mil y monas (aunque mi vestido de Baby esté cada día más y más cerca ♥), que te pasas la noche aquí en el ordenador, foreando y escribiendo relatos absurdos sobre las tonterías que ocurren en el trabajo.
Vayan por la sombra.

Atte:
(\/)
( ..)
c()().........................:::*Psu

* Foto donada por el benevolente San Google.

5 chokis:

Anice dijo...

pobre rigoberto xD
pero k bien lo pasas en el trabajo! XD

Isi G. dijo...

Pobre Rigoberto!!!! Parecía mono el bicho :(

Besotes^^

Charley Letham dijo...

Que lástimaaa ._. me lo podía haber quedado con ese nombre de marqués y/o/u labrador que tiene (tenía)

88's dijo...

Jo, pobre criatura :(( A mi no me disgusta xDDD
En mi trabajo de cuando en cuando aparecían cucarachas, gatos....vamos, lo típico. Una vez se nos coló un pajarito en la tienda y nos pasamos 2 horas mirándolo ir de un mostrador a otro.
Un cliente indeciso xDDDD


Un besitooo

Anónimo dijo...

¡hey muy chulo blog!

¿Sabes quién soy yo?

Averígualo:
http://stylegirlspo.livejournal.com/


pd: y no te quejes de tener trabajo, que tú al menos tienes uno y decente ¬¬.
¡saludos!

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